El patrimonio artístico medieval constituye un conjunto excepcional en toda la comarca. La difícil accesibilidad a Longás ha mantenido su rico legado artístico y cultural, sus costumbres y su lengua. Destaca la iglesia gótica de Santa María (S.XIV) con su esbelta torre-campanario de planta pentagonal de sillería, con vanos apuntados en la parte superior y de medio punto los pequeños, a la cual se le ha adosado otra pequeña torre redonda (escalera de caracol).
El interior es de una sola nave de tres tramos separados por arcos fajones cubiertos de bóveda de medio cañón, con ábside poligonal cubierto con bóveda de crucería estrellada. Posiblemente se trate de una antigua torre-fortaleza. Modificada en el siglo XVI tiene dos puertas de entrada protegidas por pórticos. El resto del caserío lo forman típicas casas montañesas, con sus características chimeneas, y algunas casonas nobles, de piedra, con puertas de medio punto o apuntado, de descomunales dovelas, ventanas adinteladas con arcos conopiales, escudos y grandes sillares en las esquinas, de estilo gótico y renacentistas, como casa Francisca, casa Mayayo, casa Dieste, casa Regina, casa Cucharetero o casa Don Diego.
Destaca también el pequeño puente de piedra de dos ojos sobre el río Caparrito, la ermita de Santa María Magdalena (S.XVIII), la ermita de Santo Domingo junto a los restos del monasterio de San Esteban de Oraste, a 1.524 m de altitud; o el horno de pez recuperado por la población que da origen al nombre de “peceros” a los habitantes de la localidad. Todo el conjunto urbano, sin apenas transformación, bien merece un reconocimiento como conjunto histórico-artístico (BIC) que todavía no ha alcanzado. Por último, sobresale el probable origen materno de Francisco de Goya y Lucientes, el genial pintor aragonés. Su padre, de origen vasco, y su madre, Gracia Lucientes Salvador se dice que desciende de la Pardina Lucientes, en la Sierra de Lucientes, al suroeste del término municipal.