Web oficial Ayuntamiento Longás
Jueves 12.00 a 13.00
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Sierra de Santo Domingo

El cielo de las Cinco Villas

Tierra de frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, Longás atesora un patrimonio histórico y natural que revela el puro encanto y atractivo de los Pirineos. Las “rallas” de la Sierra de Santo Domingo separan la alta montaña pirenaica de la tierra llana, y por este territorio anduvieron, monjes, guerreros, “peceros” (fabricantes de pez), labradores, trashumantes… en busca de mejores vidas.

Extensos pinares y hayedos cubiertos de bojedas son testigos directos de un espacio de acentuada personalidad: la Bal d´Onsella, un valle con un gran potencial turístico y también un paraíso para los amantes de los deportes al aire libre, desde las excursiones en familia a exigentes itinerarios de trail running y mountain bike.

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Impulso al Prepirineo

Primer Paisaje protegido de Zaragoza

Santo Domingo se convierte en 2015 en el primer Paisaje protegido de Zaragoza, Los valores naturales y el excelente estado de conservación de la sierra de Santo Domingo y del río Onsella ya fueron reconocidos en la década de 1990, cuando se incluyeron dentro de la Red Natura 2000 como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y también como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC).

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Paisaje Protegido

Longás se encuentra rodeado de grandes masas forestales, formadas principalmente por extensos bosques de pinos silvestres y robles, mezclándose con los pinares de repoblación (Pinus nigra) que se realizaron durante el S.XX. En los pequeños barrancos, arroyos y en el río Onsella aparece una orla de vegetación exigente en humedad, formada por chopos, sauces, olmos o fresnos.

Las masas de matorral ocupan las tierras de cultivo abandonadas en laderas de solana, donde crece el espino o majuelo (Crataegus monogyna), escaramujos (Rosa canina), aliagas (Genista sp.), y las carrascas (Quercus rotundifolia). El boj o buxo (Buxus sempervirens) coloniza laderas umbrosas tras intensas deforestaciones en otras épocas o asociado con frondosas en el entorno de la Sierra de Santo Domingo, como por ejemplo fresnos (Fraxinus excelsior), hayas (Fagus sylvatica) o quejigos –quexigo- (Quercus faginea), tilos, acebos (Cardoneras), helechos…

En alturas superiores aparece asociado con el pino silvestre o royo (Pinus sylvestris). Los pastos ocupan grandes extensiones que son aprovechados por ganados caballar, vacuno y ovino tanto en el nucleo municpal como en las pardinas de Sangorrín, Lucientes, San Esteban, Salafuentes…

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Las Rallas de Santo Domingo. Al fondo, sierras de Luesia, Uncastillo y Sos

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Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo

El impulso definitivo de esta zona prepirenaica ha sido la declaración, en el año 2015, del Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo, que engloba a los municipios de Biel, Luesia y Longás. Este Espacio Natural Protegido abarca una superficie de 9.639 Ha., a las que se añaden 4.094 Ha. de Zona Periférica de Protección.

Su ubicación fronteriza entre la región eurosiberiana, de influencia atlántica, y la región mediterránea, hace que se desarrollen diferentes comunidades vegetales de transición entre una y otra. El anticlinal cabalgante de Santo Domingo, y su posterior erosión ha dejado en resalte las famosas “rallas” de Santo Domingo, estratos verticales calcáreos en alturas superiores que provocan, además, las típicas inversiones térmicas de ambientes húmedos a cotas inferiores, desarrollando formaciones vegetales de gran valor ecológico (hayedos), hábitat de un gran número de especies como el quebrantahuesos, el águila real, el milano negro o el buitre leonado.

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Historia de Lóngas

Como territorio de frontera, Longás estuvo ocupado seguramente desde la antigüedad. En los alrededores existen yacimientos en las partidas de Corral de Mayayo (Neolítico) y Corral Solano Bajo (Edad del Bronce). A caballo entre las tribus de los suessetanos y los iacetanos, posteriormente sufrió la romanización y de esta época datan las antiguas calzadas romanas y abundantes restos de mausoleos y ciudades repartidos por toda la comarca de las Cinco Villas.  Longás aparece citado ya en el año 938 en documentación original del Monasterio de Leyre. A la muerte de Sancho III el Mayor, su hijo Ramiro I será el primer rey aragonés y ocupa las fortalezas de la Canal de Berdún y la Bal d´Onsella.

El rey Pedro IV incorporó Longás a los dominios de la Corona y más tarde pasó a manos de María de Luna (reina consorte del Reino de Aragón por su matrimonio con Martín I de Aragón). Más tarde, el lugar fue adquirido por Ramón de Mur y, posteriormente, como señorío de la familia noble de los Luna. El señorío eclesiástico administró iglesias y monasterios y la relación con los cercanos de Leyre o San Juan de la Peña es indisociable. En el siglo XII y XIII se produce un auge económico y poblacional  y las villas se organizan en poderosos concejos de población infanzona. Surgen extensos terrenos comunales frecuentados por ganados trashumantes y el Camino de Santiago incrementa la movilidad y el desarrollo de todas las poblaciones.

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Territorio Museo

El patrimonio artístico medieval constituye un conjunto excepcional en toda la comarca. La difícil accesibilidad a Longás ha mantenido su rico legado artístico y cultural, sus costumbres y su lengua. Destaca la iglesia gótica de Santa María (S.XIV) con su esbelta torre-campanario de planta pentagonal de sillería, con vanos apuntados en la parte superior y de medio punto los pequeños, a la cual se le ha adosado otra pequeña torre redonda (escalera de caracol).

El interior es de una sola nave de tres tramos separados por arcos fajones cubiertos de bóveda de medio cañón, con ábside poligonal cubierto con bóveda de crucería estrellada. Posiblemente se trate de una antigua torre-fortaleza. Modificada en el siglo XVI tiene dos puertas de entrada protegidas por pórticos. El resto del caserío lo forman típicas casas montañesas, con sus características chimeneas, y algunas casonas nobles, de piedra, con puertas de medio punto o apuntado, de descomunales dovelas, ventanas adinteladas con arcos conopiales, escudos y grandes sillares en las esquinas, de estilo gótico y renacentistas, como casa Francisca, casa Mayayo, casa Dieste, casa Regina, casa Cucharetero o casa Don Diego.

Destaca también el pequeño puente de piedra de dos ojos sobre el río Caparrito, la ermita de Santa María Magdalena (S.XVIII), la ermita de Santo Domingo junto a los restos del monasterio de San Esteban de Oraste, a 1.524 m de altitud; o el horno de pez recuperado por la población que da origen al nombre de “peceros” a los habitantes de la localidad. Todo el conjunto urbano, sin apenas transformación, bien merece un reconocimiento como conjunto histórico-artístico (BIC) que todavía no ha alcanzado. Por último, sobresale el probable origen materno de Francisco de Goya y Lucientes, el genial pintor aragonés. Su padre, de origen vasco, y su madre, Gracia Lucientes Salvador se dice que desciende de la Pardina Lucientes, en la Sierra de Lucientes, al suroeste del término municipal. 

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Trashumantes y viajeros. La pez de Longás:

“Pastores con pedigrí “ Durante la primera mitad del S.XX hubo más de un centenar de personas –muchos de ellos de pueblos de la Bal d´Onsella, como Longás– que emigraron a las extensas llanuras americanas para trabajar de pastores, cuidando rebaños de hasta 10.000 ovejas (“borregas”). La Western Ranger Association buscaba pastores españoles para sus ganados, así marcharon gentes del Pirineo o de los Monegros hasta California, con contratos previamente tramitados y sin saber una palabra de inglés. La soledad fue el mayor enemigo de estos pastores, pasando varios meses sin ver a nadie. Las mujeres también emigraron, algunas desde Fago o Undués-Pintano. En las vecinas comunidades del País Vasco y Navarra se marcharon unos 5.000 pastores. A su regreso al pueblo, trajeron sus ahorros y los hicieron servir para el desarrollo de la cabaña ganadera, dandole una mayor pujanza durante esa época.

Los hornos de pez (resina) eran chimeneas redondas de piedra con las paredes cubiertas de barro. Se llenaban de teas partidas de los tocones de pino y chinebro (enebro), haciendo capas alrededor de la pared hasta la boca. Cuando el fuego cogía fuerza se cerraba la boca con losas de piedra. La resina goteaba por el centro del horno, deslizándose a través de tejas invertidas hasta un depósito inferior. El alquitrán se quemaba para limpiarlo de ácidos y alcoholes. Una vez limpio se enfriaba y se cortaba en piezas para su transporte. Para usarlo se volvía a calentar y se aplicaba para diversos usos como marcar el ganado, impermeabilizar las botas, barricas o embarcaciones, etc. En el siglo XIX se llegaron a contabilizar 9.000 kg anuales.

Gentes y tradiciones

Las mujeres de Longás: “La mitad del trabajo, o más” Y unas breves líneas que sirvan como homenaje al trabajo y dedicación del denominado “colectivo invisible” en el medio rural, a generaciones y generaciones de mujeres, no remuneradas, poco valoradas, insuficientemente reconocidas. Porque sin ellas, sin su ardua aportación, el trabajo de los hombres tampoco hubiera tenido sentido. Y juntos, hombres y mujeres, “a lomo caliente”, era en muchas ocasiones la única posibilidad de rubricar la supervivencia en estas montañas, sacando adelante patrimonio, trabajo y crianza.

Ellas cuidaban y cuidan de la casa y de los niños, realizan todas las tareas del hogar, alimentan a los animales domésticos, ayudan en las faenas del campo, transforman y conservan los alimentos –desde los productos resultantes de la “matazía” del cerdo a embotar los productos de la huerta–. Ellas hacían la colada en el río, ellas tejían y cosían. Y en buena medida, son portadoras de tradiciones y elementos culturales de diversa índole.

El carácter montano de Longás y su escasa accesibilidad ha propiciado que las gentes sean amables y hospitalarias con los visitantes. Receptivos a otras corrientes, los “peceros” son trashumantes incansables. Su especialización, sobre todo durante el S.XIX, en el oficio de la pez –resina o brea natural de pino, empleada para impermeabilizar embarcaciones de madera y también odres y botas de vino–, hizo que viajaran por sierras y valles de todo el Pirineo (Serrablo y Sobrepuerto, entre otros) y Prepirineo.

Longás, además, es parada obligada de los ganados trashumantes que viajan de la montaña al llano anualmente, por las cabañeras que descienden desde Ansó y Fago, que atraviesan Longás en dirección a Biel y Luesia hasta Ejea de los Caballeros y Tauste. Ruta muy empleada por los ganaderos ansotanos que invernan en la comarca de las Cinco Villas.

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Territorio Museo

Asociación Cultural “Chinela” Creada en el año 1994, su objetivo es dinamizar el pueblo tras la fuerte emigración del siglo XX y recuperar y mantener la historia y cultura tradicional. Gracias  a su labor se han recuperado las “Charatas de San Sebastián”, el  proceso de elaboración de la pez, el horno y su entorno, limpieza de senderos y fuentes, creación del espacio “Exposición Longás y la vida cotidiana hace 40 años”, la “Noche de las Ánimas”, realización de jornadas micológicas, talleres, torneos, concursos y colaboración en la organización de la carrera por montaña “No hay pitera, subida al cielo de las Cinco Villas”. 

Lengua aragonesa: “El aragonés de Longás” Longás es uno de los lugares de las Cinco Villas en los que más vivo se ha mantenido el uso de la lengua aragonesa. Hasta tiempos muy recientes era la lengua de comunicación entre los habitantes del lugar. Hoy en día se puede observar su impronta sobre todo en los topónimos, los nombres de parajes naturales, animales y plantas, y en refranes y dichos de tradición oral. Algunos ejemplos en aragonés son los topónimos relacionados con la topografía del relieve como “puy” (pueyo), “collada” (collado), “paco” (umbría), “ralla” (estrato vertical de roca caliza)… 

Fiestas y tradiciones:
• Fiestas y Romería a Santo Domingo, último fin de semana de julio.
• Hogueras y juego de los mazos en las “Charatas de San Sebastián” (19 de enero).
• “Noche de las Ánimas”, fin de semana más próximo al 1 de noviembre.
• Jornadas micológicas, en otoño (fin de semana de noviembre).

Comer y dormir:
Hostal “Os Tablaus” (876 675 781 / 619 201 018), cocina tradicional con productos del territorio (mención especial a sus judías pochas y otros platos típicos de la zona).

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Bal d’Onsella

La Bal d´Onsella o Valle de los Onsos. La Bal d´Onsella es una pequeña depresión de dirección este-oeste que delimita la estribación montañosa de Sierra Nobla, al norte, y la Sierra de Santo Domingo y Petilla de Aragón –Navarra–, al sur. Los pueblos que la conforman son Gordués, Navardún, Urriés, Gordún, Isuerre, Lobera de Onsella y, en el extremo más oriental y cabecera del valle esta Longás, separando las provincias de Zaragoza y Huesca y las cuencas hidrográficas del río Aragón, río Gállego y río Arba. Este territorio recibe el nombre de la antigua existencia de osos (“onsos”) que da nombre al cauce fluvial que drena el valle, el río Onsella.

Los pueblos de la Onsella constituyen pequeños pero atractivos conjuntos que poseen un variado patrimonio arquitectónico y cultural, con caseríos de piedra que crecieron al amparo de fortificaciones medievales, como Navardún o los cercanos castillos de Roita y Sibirana; a merced desde siglos pasados de las comunidades monásticas de Leyre –en el año 938 se menciona por primera vez el pueblo de “Longare”-, o de San Juan de la Peña, que en la segunda mitad del siglo X absorbió al monasterio de San Esteban de Oraste y ya administraba los bienes y donaciones realizadas por las poblaciones de la Bal d´Onsella y de las pardinas adyacentes.

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Turismo Deportivo

El deporte de la caza tiene en Longás uno de sus mejores retiros.

El término municipal posee varios cotos de caza mayor y menor  (uno privado –Lucientes y San Esteban-, otro municipal y dos pardinas del Gobierno de Aragón que se licitan cada cinco años –San Gorrin  y Salafuentes). Las principales especies cinegéticas son el ciervo, el corzo y el jabalí. En cuanto a la caza menor son abundantes la becada o chocha perdiz, codorniz, el conejo, o la perdiz roja. Los deportes de montaña ofrecen todo un abanico de posibilidades para los aficionados. 

El senderismo y la BTT se perfilan como las actividades estrella para los grupos montañeros.

El ascenso hasta la Sierra de Santo Domingo es la principal excursión señalizada. Se recomienda su ascenso por la antigua central hidroeléctrica, Peña Truacha, “o paso d´as Arrogatas”, y por la “fuen d´os Berros”, para volver a Longás por la collada San Estebán (14,6 km; 915 m de desnivel; 6 horas). Junto al Portillo de Longás o Santo Domingo se enlaza con el sendero PR-TE 114 en dirección a senda Mal Paso, por donde cruza el sendero histórico GR 1 a Pozo Pígalo o Biel. Para la BTT las opciones son múltiples, bien hacia Santo Domingo, Sierra Luzientes en dirección a Luesia o Biel, Lobera de Onsella, o hacia la collada de Xavierre, río Asabón o puerto de Santa Bárbara (A-132), incluso apoyándonos en los refugios de Salafuentes o Santo Domingo. Otra opción es la práctica de la escalada en el rocódromo municipal.

No hay pitera
1.524 m
Más información:
Trail “No hay pitera”
Ascensión a Santo Domingo
PR-Z 114

No hay pitera, subida al cielo de las Cinco Villas. El trail de Longás se lleva celebrando desde el año 2012, formando parte del campeonato de Aragón de carreras de montaña. El objetivo principal es ascender hasta la máxima altitud de la comarca de las Cinco Villas, es decir, a los 1.524 metros del vértice geodésico y ermita de Santo Domingo. La prueba se celebra a principios de septiembre y consta de dos circuitos, uno corto y otro más técnico, ambos diseñados de forma circular. 

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Lugar para tu negocio

El pueblo de Longás mira hacia el futuro en clave de oportunidades. Su paisaje montañoso, su patrimonio natural y cultural, son argumentos más que suficientes para estimular un desarrollo sostenible y respetuoso, para convertir Longás en un enclave que atraiga inversiones que impulsen diferentes negocios y servicios turísticos –la naturaleza y el turismo de montaña o de aventura, el senderismo, son sectores en crecimiento, sin olvidar la caza, la bicicleta de montaña (BTT) o el trail running, que tienen aquí un escenario ideal para su práctica–. Inversiones que también apuesten por alojamientos y restauración de calidad que pueden ubicarse en algunos de los edificios más relevantes de la localidad. 

Pero también pequeñas empresas familiares que puedan manufacturar o elaborar algunos de los productos que llevan la esencia y carácter de este rincón pirenaico, productos que evidencian el cuidado de nuestros montes, bosques y riberas, desde los derivados de la caza a la micología (hongos y setas), pasando por los diferentes productos de la huerta o los suministrados por los animales domésticos o los rebaños que aprovechan los pastizales del municipio. 

El reto es una apuesta al futuro. El éxito es para los atrevidos.

El enclave de las altas Cinco Villas, con localidades de larga tradición turística, como Sos del Rey CatólicoUncastilloLuesiaBiel y, a poca distancia, Ejea de los CaballerosJaca, o ciudades como Huesca Pamplona, sin olvidarnos del Pirineo y sus atractivos (la adecuación y asfaltado de la carretera que conecta el pueblo con el puerto de Santa Bárbara constituye una imperiosa necesidad), ofrecen nuevos argumentos, nuevas oportunidades, para la llegada de inversiones e instalación de negocios. Longás, su ayuntamiento y sus gentes, te esperan con los brazos abiertos. Para que al irte digas: “Longás, una y mil veces más”.

Edita: Ayuntamiento de Lóngas

Colaboración: Diputacion de Zaragoza      

Textos: Fernando Lampre.

Diseño: www.programatica.es

Fotos: Marisa Tartera, Jesús Mayayo y Jorge Mayayo. Fotos de archivo.